Giuseppina Panzironi, la mesera de la trattoria Biondo Tever, fue la última mujer que vió a Pier Paolo Pasolini.
Esa noche del 1 de noviembre de 1975 antes de que muriera el director de Saló, él y su acompañante (y supuesto asesino) fueron a cenar. Pasolini no tenía hambre, pidió una cerveza y un plátano, lo que fue su última cena.
Por otro lado, Roberto Pelosi, apodado Pino Rana, de 17 años en aquél tiempo, pidió spaghetti al'aglio, olio e peperoncino y pechuga de pollo.
pensar en PPP muerto a golpes, me obliga a pensar en el desayuno de Pelosi, en la autopsia de Pasolini y en la expresión de Giuseppina la mañana del 2 de noviembre al saber que jamás le volvería a servir una cerveza a él.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
En serio no pensé que esto fuera a resultar así. Ojalá te funcione de verdad, y no sea un "one day wonder".
Publicar un comentario